miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿CUAL ES EL FUTURO DE NUESTRAS LENGUAS?

A propósito del V Foro de Lenguas Amerindias
¿CUAL ES EL FUTURO DE NUESTRAS LENGUAS?
Adolfo Zarate Pérez
¿Cuál es el futuro de las lenguas originarias?. La pregunta alude no sólo la respuesta de lingüistas, sino del poblador común y corriente, de cómo garantizamos el uso, desarrollo y función de nuestras lenguas: El Aimara y el Quechua; lenguas que además resistieron la opresión de cerca de 500 años después de la invasión española. ¿Qué debemos hacer y cómo consolidar su uso para evitar su extinción?.

Hace años atrás Martha Gildebrant vaticinó la extinción de las lenguas originarias, cosa que obviamente causó el rechazo de los usuarios de estas lenguas. Sin embargo, hasta ahora poco o nada se hace para garantizar el desarrollo idiomático y la implantación de una política lingüística coherente con el desarrollo cultural y social de nuestras regiones andinas. Si continuamos este camino probablemente contribuyamos a su extinción y no dejaría de tener razón Gildebrant, y aplicando la lógica y evolución de todas las lenguas, como el Sánscrito, el latín, el griego, etc. o el caso del Puquina, el Uro (que prácticamente ya no tiene usuarios), por citar solo algunas; y por otro lado la consolidación y desarrollo de otras como el inglés, terminaríamos en ese camino. Las lenguas como las culturas tienen un proceso de desarrollo y su extensión geográfica y funcional, están relacionados a los usos del poder externos a la lengua, me refiero a aspectos sociales, económicos y políticos.

A propósito de esta reflexión, y en una franca respuesta a las hegemonías lingüísticas como caso del inglés y el castellano, se realizó en Barcelona el V Foro de Lenguas Amerindias del 25 al 27 de noviembre y el 28 en Girona, organizado por la Casa Amèrica Catalunya con el Apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) y de Linguapax-UNESCO Catalunya y Linguamón. Fue un punto de encuentro entre mayas, guaraníes, quechuas y catalanes. Un encuentro de lenguas y culturas a efectos de revitalizar nuestro pasado y presente, una reflexión sobre las producciones literarias en lenguas nativas y las tareas aún pendientes. Fue un momento en que hablamos, recitamos y bromeamos en Quechua, pero no sólo en el auditorio sino en el metro, las calles y plazas de Barcelona. La participación de Nonato Rufino Chuquimamani (azangarino), representando al Perú, fue un buen motivo para reflexionar, repensar y fortalecer nuestro sentimiento andino.

Creo el Catalán (Cataluña) y el Euskera (Vasco) en España es un buen referente a considerar, un ejemplo vivo de cómo consolidar el uso de nuestras lenguas basado en la identidad, son muestras de cómo los propios usuarios de una lengua no sólo se limitaron a declarar lenguas oficiales o co oficiales, sino extendieron su uso y legitimaron su función a ámbitos institucionales, administrativos y académicos, es decir no hay diglosia. Aquí todos los catalanes hablan su lengua en cualquier circunstancia. La función del catalán está en los Ayuntamientos, oficinas, comercios (se rotula en catalán), en los colegios también se enseña en catalán ( y los escolares migrantes obligatoriamente aprenden el catalán mediante un programa de inserción), otro aspecto importante es que las universidades no solo enseñan en Catalán sino que las Tesis doctorales, por ejemplo, son leídos, defendidos y escritos en Catalán eso no implica que no se hable castellano, también lo hablan, todos son bilingües pero no por aprendizaje sino por adquisición, (diferenciando adquisición del aprendizaje de lenguas). Los ayuntamientos ejecutan políticas de Normalización lingüística que garantizan su uso y aprendizaje. Los medios de comunicación (radio y televisión) emiten sus programas e informan en Catalán, los diarios gratuitos como 20 minutos, ADN y Metro, se editan en Catalán y reciben una parte de subvención de la Generalidad; es decir, si uno entra en esta región de España, necesariamente tiene que aprender Catalán. La lengua y cultura están estrechamente relacionadas, por tanto, para entender su cultura y entrar al círculo amical, es indispensable hablar Catalán, sino será muy difícil.

Ahora bien, en el tiempo que vivo aquí, me di cuenta gran parte de los estudiantes universitarios, por no decir la mayoría o casi todos, hablan inglés, como L2 (lengua aprendida). Creo es un buen punto de referencia a considerar qué debemos hacer con el Quechua y Aimara y otras lenguas que también necesitamos aprender como el caso del inglés, ya que quiérase o no reconocer, la mayor parte de la producción científica está en inglés.

Entonces, para consolidar el desarrollo idiomático necesitamos también de una condición sine qua non, que la producción intelectual se haga en Quechua y Aimara, ya sea literatura, investigación científica, etc., sería necesario que por lo menos uno o dos áreas curriculares deben desarrollarse en Quechua o Aimara no solo en las instituciones educativas de nivel básico sino en las Universidades. Caso contrario se corre un serio riesgo de extinción o subvalorización, ya que según los últimos censos han disminuido el número de hablantes tanto del Quechua y Aimara y más aun, bajo un esquema mental extendido e impuesto, por los grupos de poder, de vincular el uso del Quechua y Aimara con la ruralidad, subdesarrollo, subestandarización o campesino, es una primera tarea a combatir y empezar con ese deshielo mental. Lo segundo está no solo en los usuarios comunes y corrientes, sino también el deshielo mental de quienes dirigen o ejercen el poder regional o municipal, creo hasta ahora han permanecido ciegos, pero es hora de abrir los ojos.

El caso del Paraguay, también tuvo avances significativos, la mayor parte de la población habla Guaraní, y me sorprendió, que la mayor parte de la literatura paraguaya esté en Guaraní. Es un buen indicador de valorar darle un uso funcional a esa lengua.

Por otra parte es necesario entender el fenómeno diglósico y combatirla. Por diglosia se entiende cómo una lengua o una variante se sobrepone a la otra respecto a su función, bajo influencias políticas, económicas o sociales; es la imposición funcional de una lengua sobre otra u otras de menor prestigio (Fishman, 1972)). Una lengua cuya función se vincula al uso de los grupos de poder, a la oficialización y a su consiguiente estandarización se impone sobre otra, relega la función de otras lenguas sólo al ámbito familiar o coloquial. En nuestro caso el Quechua y Aimara legalmente son oficiales, pero su uso no. El castellano se utiliza en todas las instituciones públicas y administrativas como las municipalidades, medios de comunicación y la educación, como medio principal de comunicación oficial y formal, relegando la función del Quechua y Aimara al ámbito familiar e informal; no se permite interactuar en ámbitos institucionales y administrativos el uso de la estas lenguas, solo es válido es castellano. Esta es una manera de desvalorizar su uso, de marginar y subestandarizar. Una lengua se privilegia en perjuicio de otros.

Por lo sustentado hasta ahora, debemos romper algunos mitos absurdos, y uno de ellos que todo bilingüismo conduce al uso diglósico. Puede haber bilingüismo con diglosia o sin ella y, la diglosia sin bilingüismo o una situación en la que no existan ni bilingüismo ni diglosia. No entraremos en detalles conceptuales, porque no corresponde ahora, pero eso ya está claro. El otro mito es considerar el bilingüismo como un problema, cuando es exactamente al revés, ahí radica su riqueza, en pleno siglo XXI es una vergüenza ser monolingüe.
Bajo estas reflexiones, gran parte de lo que suceda con el futuro de las lenguas Quechua y Aimara está en manos de los propios usuarios, dependerá de nosotros su futuro; hagan una prospección e imaginen de aquí a cien años ¿cuántos hablaran estas lenguas?, ese futuro dependerá de lo que hagamos ahora.
¡Paqarichun rimay!
¡Que amanezca la palabra!
¡Que es faci de dia la paraula!
¡Toúna ñe’ê!