domingo, 23 de marzo de 2008

DE VUETA A CLASES


DE VUETA A CLASES
Adolfo Zárate Pérez.

¿Otra vez al colegio?. Otra vez sentados en las pesadas carpetas destartaladas, las pértigas tareas, la formación castrense en columnas antes de ingresar al aula, llamadas de listas, los castigos por llegar tarde, los bostezos que el hambre obliga, los mismos profesores y, por si fuera poco, los mismos contenidos con alguna añadidura. En clase, la misma rutina de formar grupos de 4, 5 ó 6 para trabajar un tema y que casi siempre termina haciendo uno o dos de ellos y se finaliza pegando un papelote en la pared. Durante el año, los desfiles escolares, ensayos y las famosas “actuaciones” por el Día de Madre, Aniversario de la escuela/colegio y otras fechas cívicas (en las cuales se actúa, se simula y simboliza, pero no se vive) ¿Cuánto ha cambiado la escuela?. ¿Qué cambió este año mi escuela/colegio?, se preguntarán los escolares embarcados en la rutina escolar de siempre, preguntas que en realidad son cuestionamientos al sistema educativo actual.

Ante la pregunta: ¿Qué es lo que más te gusta de tu escuela?. La respuesta genérica de los escolares es “el recreo”. Todos quieren ir a la escuela o el colegio, pero no siempre entrar a clases, porque consideran aburrido y de poca utilidad. Sí al colegio por el recreo y algún tiempo libre que siempre existe. El re-creo se convierte en un espacio de interacción social y aprendizaje espontáneo más significativo que el aula, es un espacio de juegos y diversión donde se ejerce la libertad a plenitud, por eso las horas de recreo son las más añoradas (aunque a veces no siempre es un re-crear, sino juegos de rutina escolar). En este sentido, existen hasta tres formas de vida del escolar: una, la de familia en el hogar; otra, la del espacio social con los amigos (recreo en la escuela, en el parque u otro lugar), y otra, la del salón de clases. Estas tres formas de vida son excluyentes. Los maestros y el currículo escolar desligados del contexto desarrollan un espacio de aprendizaje cognitivo, muchas veces mecánica. Se ignora lo que hace y vive el estudiante fuera de la escuela/colegio. En este caso se enseña, pero no se educa. Por su parte, los padres de familia, cuadriculados al ámbito del hogar, el interés por los hijos no va más allá del escenario de la casa; acuden a la Institución educativa a matricular y asistir a reuniones ordinarias de APAFA, desconocen lo que pasa con sus hijos en la escuela o fuera de ella, y pero aún, cuando los padres trabajan, los hijos se encuentran en el más punible abandono. Es necesario articular estos tres escenarios de vida del estudiante. La educación es un proceso de vida que rehace la vida. Como señala Ortega y Gasset “no es lo más urgente educar para la vida ya hecha, sino para la vida creadora”, es decir para el futuro. Es preciso reflexionar sobre esto, si queremos mejorar.

Qué pasó cuando le hicieron la misma pregunta a un estudiante finlandés (país que ocupa los primeros lugares en PISA 2001, 2003, 2006) sobre, qué le gustaba más de su institución educativa, respondieron sin titubear “Todo”, “Hago lo que me interesa y sé que lo que hago me será útil”. ¿Qué marca la diferencia, entonces?. Si comparamos con nuestros estudiantes ¿hacen lo que les gusta y tiene un norte claro?. Un punto de partida clave es el aspecto teleológico, saber estudiantes y profesores para qué y por qué vamos al colegio o aprender un tema, es fundamental; sobre todo saber en qué dirección estamos caminando. Estando concientes de ello y de las capacidades cognitivas determinaremos el grado de utilidad o funcionalidad en el futuro. Es hora dejar de lado los currícula que forman para la inutilidad. Otro aspecto a considerar, como cuenta Eric Struyf, en Finlandia las aulas, además de amplias y luminosas, están repletas de computadoras, laboratorios, bibliotecas, salas de deporte, también se les brinda alimentación y transporte a todos los escolares finlandeses. Es decir lo que en Perú es imaginable, en Finlandia es regla general. Si echamos una mirada al inicio del año escolar 2008 en nuestro país y particularmente en la región Puno, ninguna IIEE empezó formalmente el 3 de marzo, recién entre el 10 y el 17 se viene normalizando con las actividades académicas, el primer inconveniente fue la pésima infraestructura de las instituciones educativas y que algunas estaban en plena refacción y “pintado” del local escolar. Y como es lógico siempre es necesario organizar y planificar de manera pertinente y coherente con los objetivos institucionales. Lo que el gobierno y el Ministro de Educación pretenden cambiar la educación utilizando el miedo y la amenaza a través de Decretos, es como forzar a comer a un niño desnutrido 50 kilos de pan (si lo sigue haciendo terminará reventando) para recuperar su alicaída situación.


Para mejorar el sistema educativo, primero, queda claro que no es la cantidad de horas que pasan los escolares frente al profesor, se trata de calidad. No son las leyes y normas que se imponen, no es resolviendo exámenes genéricos de tipo Admisión a universidades, ni pisoteando derechos de los docentes en nombre de los estudiantes, menos la postura autoritaria de un Ministro o un Presidente. Se trata de condiciones óptimas de aprendizaje para el estudiante y el maestro; pero para que se de estas condiciones, parte por invertir más en educación, de la alta acreditación de las instituciones formadoras de maestros, y los docentes mejor preparados dirijan la educación. Una educación en función de resultados, como consecuencia de una evaluación interna y externa. Es compromiso y visión compartida de todos los actores de la educación.


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