martes, 26 de febrero de 2013

Los estándares de aprendizaje en el Perú

 

Los Andes
Escribe: Adolfo Zárate Pérez | Opinión - 25 feb 2013

Hace poco el Ministerio de Educación ha presentado las Rutas del Aprendizaje para educación inicial, primaria y secundaria, junto a este documento también se ha hecho referencia al Marco Curricular y los estándares de aprendizaje. Sobre este último nos ocuparemos en este breve artículo.
 
Un estándar es una expectativa, una meta que queremos alcanzar. En el ámbito del aprendizaje es reciente su aplicación y responde a qué se espera que aprendan los estudiantes. Diversos países en el mundo tienen estándares de aprendizaje y estos varían de un país a otro. En algunos de ellos los estándares reemplazaron al currículo y en otros, son complementarios a este. En el Perú, se adoptó por este último, bajo la forma de los mapas de progreso.
 
Un mapa de progreso describe la naturaleza del desarrollo de una competencia en un área de aprendizaje. Es decir, describe la trayectoria que los estudiantes suelen seguir a medida que aprenden durante la Educación Básica Regular y va marcando de ciclo a ciclo el progreso de los aprendizajes desde que ingresa a la educación primaria hasta que termina el quinto grado de educación secundaria.
 
En este sentido, los mapas de progreso son marcos de referencia para la evaluación y el monitoreo del crecimiento de los estudiantes. Son instrumentos que permiten observar cómo va progresando el aprendizaje de los estudiantes en las diferentes áreas curriculares; es decir, nos permite observar qué es lo que saben y son capaces de hacer (desempeños), qué fortalezas y debilidades tienen y compararlo con el respectivo nivel descrito en el mapa. Por ejemplo, para saber qué habilidades lectoras están desarrollando los estudiantes de sexto grado y qué le falta por desarrollar, el docente evaluará a los estudiantes, interpretará sus trabajos de comprensión y los comparará con el nivel que le corresponde en el mapa.
Ahora bien, para evaluar el docente puede utilizar una diversidad de métodos, lo ideal es que estén orientados a recoger desempeños, no solo conocimientos o datos. Ello, implica que el docente no se limite a la evaluación de lápiz y papel o las ya conocidas y abusadas pruebas con alternativa múltiple, sino utilice variados instrumentos para recoger desempeños. Asimismo, implica que el docente comprenda la lógica del progreso no solo en la planificación de la evaluación, sino también en la interpretación de los resultados, de tal forma facilite el monitoreo de los aprendizajes.
 
El progreso se monitorea al igual que el crecimiento físico (talla y peso) de los niños, sea en forma individual o grupal, a nivel de aula o de sistema. A partir de sus desempeños se realizan estimaciones de la ubicación en un nivel descrito en el mapa. En este sentido, es útil para los docentes porque les permitirá saber cómo están progresando sus estudiantes y en consecuencia tomarán decisiones para mejorar o potencializar ciertas habilidades que permitan lograr una competencia. Del mismo modo, los directores de Institución Educativa, de UGEL o de las DRE pueden utilizar para monitorear el progreso de los estudiantes y en función de ello, reorientar su gestión para mejorar los aprendizajes. Por otro lado, es útil también para los estudiantes porque sabrán qué deben lograr en un ciclo determinado y qué habilidades todavía les falta desarrollar. Del mismo modo, para los padres de familia, ya que conocerán lo que deben aprender sus hijos en la educación básica.
 
Lo importantes es que todos los agentes educativos conozcan los estándares, como metas comunes a lograr de aquellos aprendizajes fundamentales, indispensables y necesarios que deben alcanzar mínimamente los estudiantes de todo el país al término de un ciclo de la educación básica.
 
En esta perspectiva, los estándares de aprendizaje ayudan a garantizar que ningún niño se quede atrás, esté donde esté (en cualquier lugar del país) logre aprender mínimamente lo descrito en el estándar, independientemente de sus condiciones sociales, culturales, lingüísticas, geográficas o económicas. En otras palabras, ayuda a garantizar el derecho a una buena educación.
 
Son conocidas en nuestro país las brechas entre la educación rural y urbana, entre la privada y pública, así lo han demostrados diversas evaluaciones internacionales (PISA, LLECE) y nacionales (ECE, EN), los estándares también pueden ayudar a reducir estas brechas porque proporcionan un lenguaje común para describir el logro de los estudiantes dentro y entre las escuelas y es un referente marco para establecer objetivos pedagógicos.
 
Los mapas de progreso, las Rutas de aprendizaje y el Marco Curricular (este último en elaboración) son documentos complementarios. El Marco Curricular o el Diseño Curricular Nacional, como su nombre lo indica, contiene el plan de estudios y los contenidos curriculares diversos y diversificables, en ella también se incluyen los Diseños Curriculares Regionales, es decir, responde a qué se debe enseñar y aprender; mientras el cómo se debe aprender estos contenidos y capacidades se desarrolla en las Rutas de aprendizaje; es decir, la parte metodológica; por su parte, los estándares responden, como ya indicamos, a qué deben lograr los estudiantes. Las escuelas y los maestros deben desarrollar aprendizajes de acuerdo a sus características particulares, sobre todo culturales, y las necesidades de sus estudiantes para asegurar el logro de estos resultados.
 
Sin duda, ahora que estamos por iniciar el periodo escolar 2013, estos nuevos documentos elaborados por el Ministerio de Educación y el IPEBA requieren de reflexiones, análisis y compromisos, factores que a veces no siempre están presentes en la estructura mental de los docentes.Sabemos que ningún documento por sí solo puede cambiar la educación, pero si se emplea de manera crítica y creativa en el aula, podemos mejorar nuestra educación.

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